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Vassula Rydén: las razones de la Iglesia 

por François-Marie Dermine O.P. (continuación - Parte 4 de 4)

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El Vassula-centrismo de los mensajes

(2d) En este ámbito, la ‘vidente’ ocupa un puesto central. En una Iglesia “débil” o, de cualquier modo debilitada, casi a la deriva, con un Papa desorientado, aislado, neutralizado e incapaz de gobernar, los mensajes contraponen una Vassula Rydén fuerte y protagonista.

1. Le son conferidos poderes extraordinarios: «Cada acción será cumplida por Mí a través de ella. Hablaré a través de ella, y actuaré a través de ella» (10-11-87); «Cuando yo expongo tu alma al Purgatorio, muchas almas se curan. Yo te he enseñado a amarme, tu amor por Mí las sana. Utilizo tu amor como remedio para sanarlas. Sánalas, Vassula, sánalas. Tu llevas Mi Cruz Conmigo» (10-2-87).

2. Es investida de una misión también extraordinaria y única, de importancia vital para la Iglesia y para el mundo; viene promovida al rango de los apóstoles, casi heredando su sucesión: «Pescadora de hombres, extiende Mi red de Paz y de Amor dondequiera en el mundo. […] Cuando Yo estaba sobre la tierra, he enseñado a un pequeño grupo de hombres a convertirse en pescadores de hombres. Los he dejado en el mundo para que difundieran Mi Palabra a toda la humanidad. Yo, el Señor Jesús, te instruiré y te mostraré como este trabajo ha sido llevado a cabo» (26-4-87). Ella es también sacerdotisa: «Sacerdote mío, porque tu eres Mi sacerdote, tu caminarás conmigo, Yo no te abandonaré jamás» (17-3-87).

3. Tanto su actitud como sus palabras consolidan una cierta posición de superioridad frente a la Iglesia y a las autoridades eclesiales: «Mi Vassula, evidentemente, tú no perteneces a ellos, tú me perteneces a Mí. Yo soy tu Creador y tu Padre Santo, tú dependes de Mi Autoridad. […] Dile a Mi Santa Sede que soy Yo que te envío a ellos. Escúchame, si te preguntan a cual comunidad tú perteneces, tú les dirás que me perteneces a Mí y que estás bajo Mi Autoridad» (27-10-87). Además: «¡Álzate, hija Mía! La Iglesia necesita de ti» (29-3-88) (es la Iglesia la que necesita de ella y no lo contrario). Y todavía: «Vassula, embellece a Mi Iglesia. […] Camina Conmigo. Ecclesia revivirá y en la Casa de tu Padre tú los reunirás y los bendecirás» (3-3-88). Ella es la conciencia profética de las Iglesias de las cuales denuncia los horrores y los errores, hasta es el eje alrededor del cual se llevará a cabo la unificación de las Iglesias (sobretodo de las Iglesias católica y greco-ortodoxa): «Vassula, ¿Por amor a Mí unirás a Mi Iglesia?» (3-7-87).

Y ¿Cuál es el signo de credibilidad, cuál sello de garantía ofrece “Jesús” para autenticar la misión de su mensajera? Nada más y nada menos que la mensajera misma: «Vassula, muchos Me pedirán una señal que pruebe que este mensaje viene de Mí, pero la señal que daré serás tú» (30-1-87); «Todo aquello que les daré a ellos serás tú misma, Niña mía» (1-9-87).

No queda más que atenerse a ello. Pero es verdaderamente insuficiente para que ella se pueda permitir interpelar a sus adversarios a la manera de Jesucristo.

4. Aún más sintomática de esta posición de superioridad es la reciente carta (agosto 2007), escrita en respuesta a la del Cardenal Levada en la cual, entre otras cosas, Vassula Rydén pregunta astutamente como se pueda disuadir a los fieles de participar de grupos de oración, algo (dice ella) «francamente contrario a la voluntad de Dios». En realidad, es obvio que el cardenal Levada no tiene nada en contra de la oración en si misma, sino que se refiere a la participación a los «grupos de oración organizados por la misma señora Rydén», en los cuales los escritos de la seudo-vidente son el punto de referencia constante.

Pero la parte más interesante es la siguiente: «En la nueva conclusión de la carta del Cardenal Levada, él rechaza con ella el estudio y el diálogo que el entonces Cardenal Ratzinger (ahora Papa), y el Cardenal Bertone (ahora Secretario de Estado) han tenido conmigo durante un período de dos años y medio, durante los cuales muchos inspectores, teólogos, obispos y cardenales, fueron llamados a dar su opinión final y que, como todos saben, fue positiva. […] Entonces, queridos amigos, los dejo a ustedes decidir: pueden seguir el resultado positivo después del diálogo que tuve con el entonces Cardenal Ratzinger que les dio la libertad de continuar a leer TLIG [sigla en inglés de la Verdadera Vida en Dios] y de evangelizar con amor por amor, reconduciendo el pueblo de Dios a su Iglesia y a la unión en el interior de la Iglesia, o Uds. pueden seguir las disposiciones de la carta firmada del Cardenal Levada que no dice ni sí ni no y, en la mejor de las hipótesis, crea confusión».

Esta carta de Vassula denota una vez más una profunda ignorancia del funcionamiento de la Iglesia, como si el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe pudiera haber escrito aquello que ha escrito sin el consentimiento del Sumo Pontífice; da la impresión de volver atrás doce años, cuando muchos dudaron que la Notificación publicada en el Osservatore Romano con todos los sellos de la oficialidad pudiera haber sido escrita sin el consentimiento del Prefecto de entonces, el cardenal Ratzinger. En el fondo se trata de hacer creer que las personas a la cabeza de la Iglesia están divididas: el Papa, el Secretario de Estado, el Prefecto de la Congregación y los obispos parecen ir cada uno por su lado.

La respuesta de Vassula Rydén, que no tiene nada que ver con la precipitación y la impulsividad ya que esta ocurre sucede algunos meses después de la carta del Cardenal Levada, es de una innegable gravedad y traiciona el “espíritu” que se esconde detrás del fenómeno. Apelando a su propia autoridad y ascendiente, pone a sus  adeptos al pie del muro, o a seguir las disposiciones precedentes que ella juzga arbitrariamente como una suerte de medio-reconocimiento, o seguir la carta del Cardenal Levada «que no dice ni sí ni no» (pero que en realidad dice ‘no’, precisamos nosotros). Actuando en este modo, la vidente ha comprometido seria o definitivamente sus relaciones con la Congregación la cual, en la Iglesia católica, goza de una autoridad superior a la de cualquier vidente o carismático.

 

 

Los errores teológicos

(2e) La otra razón por la cual la Iglesia no admite los mensajes de La Verdadera Vida en Dios es sin duda el contenido de los mensajes.

 

Banalidades y zalamerías

Además del susodicho Vassula-centrismo de los mensajes, no pienso que sea insignificante su tenor banal y a veces próximo al “romance rosa” y a la zalamería. A propósito de banalidad:

«Improvisamente he visto, con los ojos del alma, al Señor sentado a la mesa conmigo que me miraba comer:

- ¿Está rico?

- Sí, Señor. Te agradezco, Señor» (25-5-88).

Hay episodios en los cuales la “vidente” demuestra incluso aburrirse o que está pensando en los quehaceres domésticos mientras “Jesús” está visiblemente en su presencia:

« – ¡Jesús, creo que tengo que irme!

   _ ¿A dónde?

   _   ¡Abajo, para controlar el horno que está prendido!» (16-5-87).

Jesús le dice: «La hora es un rival para Mí, cuando miras el reloj mientras que estoy en tu compañía. (Lo había ofendido porque había mirado el reloj)» (25-5-87); «En ese momento yo me distraje, y Jesús se interrumpió diciéndome: “Flor, domina tu apatía”» (1-6-89 ó 3-6-89 según las ediciones); «De improviso me acordé de los quehaceres de la casa» (8-7-89); (¡durante un diálogo con “Jesús”!).

Y a propósito de zalamerías:

-«Jesús le dice: ¿Sabes tú a que punto te amo?

-Sí, lo sé, Jesús.

-Entonces, ¿Por qué rechazas Mi Beso? […] ¿No te he dicho ya que tú no me debes rehusar nada? ¿Qué me respondes?

-Que no te rehusaré nada nunca.

-Sí es así. ¿Por qué rechazas Mi Beso Vassula?, no me rehúses nunca lo que te pido. Si te pido una cosa es por Amor. ¡Permíteme besarte, permíteme que lo haga! Ven hacia Mí y siente Mi Beso, un Beso divino sobre la frente. ¿Estás lista?

Jesús me besó en la frente, dejándome completamente… ¿Cómo podría decir? Me dejó un extraordinario sentimiento de paz en el alma. Mi respiración parecía atravesar mis pulmones e invadir enteramente mi cuerpo, dándome la impresión de ser aire puro» (19-3-87).

O en otro lugar:

«-Y a Ti se te forman hoyuelos cuando sonríes

- Te amo

- Señor, te amo» (12-10-87).

 

 

Los errores doctrinales

Siempre a propósito del contenido de los mensajes, reaparece más relevante el obstáculo de los errores doctrinales, abiertamente mencionados en la Notificación. Por motivos de espacio, no intento detenerme mucho sobre la cuestión, ya casi superflua después de todo lo que ha sido dicho. Además resultaría imposible aventurarse en el terreno siempre resbaladizo e intrincado no de los textos de los mensajes en si mismos sino de su interpretación: en la carta de respuesta a las preguntas de P.Grech, la señora Rydén se protege atrincherándose detrás del estilo de la «lengua poética y mística», el «lenguaje simbólico por imágenes, como también poético», declarando en consecuencia su intención «de esclarecer e iluminar ciertas expresiones que podrían parecer poco claras por estar escritas en un estilo poético o simbólico»; por ello no debe ser tomado al pié de la letra. Ella asegura que «gradualmente, toda la terminología no oficial, se fue precisando con el tiempo de modo que si alguien pudo tener alguna confusión se aclaró más tarde».

No sé hasta que punto estas palabras y aclaraciones logren efectivamente convencer a la Congregación de modificar los juicios negativos expresados en la Notificación del 1995.

A título de ejemplo señalamos el milenarismo mencionado en está última. La vidente niega la presencia de tales errores en sus mensajes, apelándo todavía al estilo simbólico y poético, pidiendo que sean sometidos a una interpretación espiritual y no temporal: sí, habrá un Nuevo Pentecostés (como dice Juan XXIII) o algo de parecido al triunfo del Corazón Inmaculado de María, pero todo esto sucederá a nivel personal e interior. Asegura la mensajera que no tiene nada que ver con el milenarismo, herejía condenada desde el inicio de la era cristiana, porque orientaba hacia el advenimiento de un reino de bienestar y de paz universales, una suerte de paraíso terrestre, incluso tal vez precedido o acompañado de una venida intermedia y gloriosa de Jesucristo sobre la Tierra, y esto antes del fin del mundo.

En realidad los mensajes parecen ir mucho más allá: «Ha venido la hora de escoger y de extirpar a todos aquéllos que no son Míos: de separar de aquellos que Me han reconocido, todos los que no han querido someterse a Mi ley; de separar a todos aquellos que han acogido Mi Santo Espíritu […] de todos aquellos que se han rebelado en su apostasía contra Mí; de separar, de aquellos que han sido marcados sobre la frente con el sello del cordero, todos aquellos que llevan el nombre de la bestia o el número 666» (20-7-92). Esta separación de la cizaña y del buen grano, que Jesús mismo no situaba aquí sobre la tierra antes del fin del mundo, será seguida, según Vassula, de un trastorno cósmico e introducirá a la humanidad en un reino de paz universal: «Una paz universal se acerca, la paz está a punto de nacer» (24-12-89). El mal desaparecerá «Cuando Mi Día venga, retiraré todo el mal y lo pondré bajo llave. Yo, el Señor del Amor, haré que esta Nueva Tierra germine con las semillas del Amor […] El Amor reinará en todos los corazones y la Virtud será llevada como una corona por todo Mi pueblo de Mi Nueva Tierra» (10-11-88).

No me parece que estas descripciones sean una simple representación simbólica del futuro reino de los cielos ya que los acontecimientos profetizados no se refieren al fin del mundo sino más bien al fin de un mundo, del mundo actual de pecado y muerte: «Estas señales deben ser observadas, y son las señales del final de los tiempos; no son las señales del fin del mundo, sino las señales del fin de una era» (31-1-90). En una conferencia pronunciada a Ottawa el 9 de julio de 1994, la protagonista habló del «fin de estos tiempos obscuros».

Es necesario señalar que la interpretación terrena, y por ello para nada simbólica, no tiene nada de extraño ya que se encuentra tal como es, por ejemplo, en los defensores y frecuentadores más ilustres de Vassula Rydén. Hago referencia a dos autores de libros que llevan títulos muy emblemáticos y llenos de citas de mensajes; me refiero al ya difunto Mons. Aldo Gregori autor de La venida intermedia de Jesús y a Paul Bouchard (Director de L’Informateur catholique de Montreal), y autor del libro: El Reino de Dios sobre la tierra: ¿Utopía o realidad?, que fueron determinantes en el lanzamiento de la protagonista

Si la Señora Rydén ha sido “mal comprendida” por sus más cercanos defensores y colaboradores, entonces ¿Cómo pueden evitar la trampa del milenarismo los simples lectores de La Verdadera Vida en Dios?

En pocas palabras, debemos concluir que los mensajes presentan contenidos por lo menos ambiguos. Teniendo en cuenta que es la misma Revelación (el Nuevo Testamento), la que se encarga de explicar en términos “celestiales” los textos “ambiguos” que tiene el Antiguo Testamento sobre un reino terreno de paz y de bienestar universal. Aquí en vez de eso, es necesario recurrir a explicaciones o afirmaciones teológicas que no emergen absolutamente de los mensajes en si mismos.

 

 

 

Conclusión

Los casos de personas que presumen hablar con Dios, Jesús o la Virgen se cuentan por miles sobre la faz de la tierra, aunque pocos logran alcanzar la notoriedad mundial de Vassula Rydén. Pero se debe precisar que esta notoriedad no puede constituir, por sí sola, un criterio de autenticidad divina.

A ese éxito han contribuido visiblemente, más que los contenidos de los mensajes de La Verdadera Vida en Dios (comunes a otras revelaciones análogas y poco conocidas), las insólitas modalidades de la transmisión de los mensajes. Aquí no estamos solamente frente a lo maravilloso o extraordinario de las locuciones y visiones, sino sobretodo ante un fenómeno paranormal (médium), con una mano que se mueve sola, fenómeno al cual se quiso - con superficialidad desde mi punto vista - conferir un estatus sobrenatural (“hierático”, “santo”, etc.)

Agreguemos a estos elementos una oportuna constatación de Marie-France James: «Siguiendo los pasos del movimiento de la Nueva Era, el fenómeno Vassula tiene en mira el reactualizar la herejía/utopía de un ‘Tercer Reino’ o ‘Reino del Espíritu’; una visión del futuro, un apogeo impreciso y engañoso del proceso histórico, pero en grado de galvanizar las multitudes y la imaginación colectiva. Esta argumentación no es reciente pues ya en el siglo II esa idea se había desarrollado a través de la herejía montanista. A partir del siglo XII, la germinación de esta cizaña empezó a tomar fuerza nuevamente bajo el impulso de Joaquín de Fiore» (Le Phénomène Vassula, p.84).

Pero sin duda, y ello debemos repetirlo suficientemente, lo más determinante del apogeo del fenómeno fue el apoyo explícito dado a dicho fenómeno por algunos grandes teólogos de fama internacional, entre los cuales se distingue René Laurentin.

En lo que concierne al argumento de los “frutos”, no hay por que dejarse impresionar: basta pensar como los Testigos de Jehová han desarrollado ese mismo argumento a su favor, refiriéndose a todas las personas que efectivamente han cambiado de vida siguiendo sus enseñanzas.

Un discernimiento válido requiere un conjunto de elementos necesariamente positivos: la conformidad con la doctrina y las costumbres enseñadas por la Iglesia, la credibilidad de la vidente (precedentes, sinceridad, desinterés, humildad y sumisión a la autoridad eclesial, salud física y equilibrio mental, sobriedad, transparencia y claridad en la exposición de los hechos o de los mensajes, profundidad, coherencia, etc.), el cumplimiento de las profecías y las señales que acompañan las revelaciones (sanaciones físicas, psíquicas y espirituales, etc.).

Espero que las páginas precedentes hayan sido suficientes para documentar en el fenómeno Vassula Ryden la ausencia de muchos de estos elementos positivos.

 

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